Por qué Jugar.
En este taller aprendimos que jugar es uno de los derechos especiales de todos los niños y por lo tanto debe ser respetado.
Jugar nos da herramientas para comprender muchas cosas y ademas nos enseña a convivir con los demás.
Introducción:
El juego es una herramienta para unir a las personas,
logrando que compartan su tiempo, creando un espacio de sociabilidad. El mismo
es necesario para la formación integral del individuo, posibilitando la
interacción con otros para aprender a compartir, respetar, valorar las
diferencias, conocerse y conocer a otros.
A partir de lo surgido de las clases sobre el tema
Familia, en los Espacios Curriculares de Ciencias Sociales y Educación para el
Amor, vemos algunos casos de niños en
los cuales se refleja un cierto desinterés en interactuar o participar en
situaciones de juego, por lo que con el presente taller buscaremos aportar
alternativas de juego compartido, para incentivar el mismo en la escuela y en
sus hogares.
Fundamentación:
¿Por qué y para qué jugar?
Jugar es
ver la magia de las simples cosas, que están ahí a la vista para que las
tomemos. Una caja de zapatos es cartón para reciclar, o también es la casa perfecta
para los jugadores de fútbol, o la una cama especial para una muñeca.
Eso es el
espacio del juego, donde todo es posible. Es construir por un rato un mundo paralelo. Y
cuando se juega de verdad todo lo demás desaparece.
Hay que
permitirse dejarse llevar. Relajarse al mundo lúdico. Porque el juego es
expresión a través de símbolos y el ser humano necesita expresarse porque es un
ser social.
Es decir
que cuando jugamos dejamos manifestar a nuestro ser. Lo soltamos un poco, se
siente libre para mostrar su mundo interno, se enriquece y nutre de lo que
encuentra en el exterior. Luego regresa más sereno, se estabiliza, colocando lo
nuevo en algún sitio más ordenado. El rostro está más relajado, al igual que su
alma y su mente. El por qué es sencillo y muy profundo: el juego le dio más
herramientas para vivir en el mundo.
Jugar
es un derecho:
Todos
los niños tienen el derecho a ser educados y protegidos, pero
además debemos otorgarles el derecho a divertirse, a aprender, a expresarse e
ilusionarse a través del juego. La Convención sobre los Derechos del Niño, expresa
que los estados partes reconocen el derecho al niño al descanso, al
esparcimiento y al juego, y a las actividades recreativas propias de su edad,
como así también participar libremente en la vida cultural y en las artes.
El
juego no sólo supone un entretenimiento placentero para el niño, es una
herramienta de experimentación con la que el niño comprende y explica cómo
funcionan las cosas, es un proceso intelectual importantísimo, que además sirve
de vínculo afectivo y social con otros niños.
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